Adiós, Internet Explorer: el nuevo Windows traerá otro navegador
Por Ariel Torres | LA NACION
En breve, el Internet Explorer, alguna vez rey indiscutido de la web, será puesto en animación suspendida por Microsoft. Su eclipse, que posiblemente dure todavía varios años, dará paso a un nuevo navegador, que por ahora sólo tiene un nombre en código: Proyecto Spartan.
La desaparición del Explorer se explica por su bajo nivel de
adopción, que a su vez está en relación directa con una serie de
fenómenos que han venido ocurriendo desde que nació ese vasto sistema de
hipertexto conocido como Web (hoy, por las apps y otros servicios,
Internet es mucho más que la Web). Por eso, para entender las causas de
este final hay que retroceder 20 años. En 1995, la Web estaba,
literalmente, en pañales. Sólo dos años antes, el Consejo Europeo para
la Investigación Nuclear (CERN, por sus siglas en francés) había donado
este sistema de hipertexto, desarrollado por el británico Tim
Berners-Lee, a los usuarios de Internet. Podrían usarlo libremente y sin
cargo. Pero se necesitaba un navegador, también conocido como browser.
Así,
quien dominara el mercado de los navegadores dominaría la Web. Hoy
sabemos además que quien domina la Web domina Internet. El primer
navegador se llamó WorldWideWeb y también fue obra de Berners-Lee, pero
cuando la Web quedó en el dominio público surgieron varias alternativas.
La que popularizó la Web gracias a su sencillez de uso fue Mosaic,
creado por el Centro Nacional de Aplicaciones para Supercomputación de
Estados Unidos. Allí trabajaba el estudiante de ingeniería Marc
Andreessen, que, entre otras cosas, había participado de la creación del
Mosaic.
Al graduarse, en 1993, Andreessen se mudó a California e
inició, por sugerencia del histórico emprendedor Jim Clark, su propio
navegador, al que llamó Netscape y cuya versión 1.0 salió en diciembre
de 1994. Faltaba algo menos de un año para que las conexiones de
Internet para particulares llegaran a la Argentina. Así pues, para
muchos, el primer contacto con esa novedosa experiencia de Internet fue
por medio del Netscape.
El éxito del Netscape fue fenomenal y
llamó la atención de un gigante, Microsoft. Dispuesto a quedarse con el
control de Internet, la compañía cofundada por Bill Gates produjo su
propio navegador y lanzó la primera versión en agosto de 1995. Empezó
así lo que se conoce como la primera guerra de los browsers. La
ganó -era inevitable- Microsoft, que contaba con recursos prácticamente
inagotables y, por si esto fuera poco, dominaba por completo el mercado
de los sistemas operativos para PC con Windows. A partir de la versión 4
del Internet Explorer, la compañía lo integró a Windows y así consiguió
imponerse al Netscape. En 2002, el Internet Explorer era usado por el
96% de las personas que visitaban la Web.
Veinte años después, no queda casi nada de esa gloria y el browser de
Microsoft sólo conserva un flaco 8 por ciento. El nuevo rey es Chrome
(62,5%), con Firefox, que heredó el código de Netscape, en segundo lugar
(22,9%).
Una serie de hechos cooperaron para destronar al
Internet Explorer. En primer lugar, su propia supremacía hizo que
Microsoft se volviera demasiado complaciente. La innovación fue su
primera víctima. La segunda, la velocidad. Además, de las cenizas del
Netscape surgió el Firefox, que añadió nuevas características e hizo
hincapié en la velocidad. Rápidamente, desde 2004, el ícono del zorrito
rojo empezó a desplazar a la "e" del Internet Explorer. Y lo peor estaba
aún por venir.
Google lanzaría su propio navegador en 2008. Como
Microsoft con Windows, el buscador echó mano de su omnipresencia en la
Web para imponer su navegador. Con Android, a partir de 2008, Google se
quedaría también con buena parte del mercado de la movilidad, que
Microsoft, bajo el mando de Steve Ballmer, sucesor de Bill Gates, había
perdido casi por completo.
Las estadísticas varían bastante de
acuerdo con el método de medición que se emplee, pero Microsoft sabe que
el Internet Explorer se ha vuelto irrelevante. Y ya se sabe lo que
ocurre con los productos irrelevantes en el impiadoso universo de estas
tecnologías. El Internet Explorer es historia.
Sin embargo, según
dijo Microsoft a la nacion, el Internet Explorer seguirá disponible en
el nuevo Windows (el 10) y continuará dándoles soporte a las empresas y
usuarios que así lo requieran. No le queda más remedio, en rigor.
A rey muerto, rey puesto
El
Internet Explorer ya tiene sucesor, por supuesto. Se llama Proyecto
Spartan (todavía debe recibir un nombre definitivo) y sólo será
compatible con Windows 10 y siguientes. Ésta es una de las razones por
las que Microsoft no puede simplemente borrar del mapa el Internet
Explorer. El nuevo Windows -cuya actualización desde las versiones 7, 8 y
8.1 será gratis durante un año- no saldrá sino entre junio y
septiembre. Spartan, además, abandona una serie de tecnologías web. Por
eso, aunque será el navegador predeterminado en todos los Windows 10
(sí, también en los móviles), habrá sitios que seguirán requiriendo el
Internet Explorer. O cualquier otro browser, para el caso.
Pero
la compañía está poniendo muchas fichas a Spartan y se ha ocupado desde
enero de difundir sus nuevas características. En primer lugar, tendrá
un aspecto renovado, aunque conservará la barra de direcciones que,
desde el Mosaic para acá, caracteriza a los navegadores. Eso sí, la
barra de direcciones tendrá integrado a Cortana, el asistente de voz de
Microsoft. También es nuevo el componente que dibuja las páginas en la
pantalla, conocido en la jerga como motor de renderizado.
Spartan
tendrá, además, varios "modos". En uno de ellos, el usuario podrá
dibujar y anotar -a mano alzada sobre una pantalla táctil- en las
páginas web. También será posible agregar notas con el teclado, un poco
como se hace en Word. Asimismo, será posible seleccionar y compartir
sectores de esa página con otras personas mediante redes sociales,
correo electrónico y otros servicios en línea y aplicaciones de gestión
de contenido, como Evernote.
En el modo de lectura, el navegador
convierte el sitio en algo más parecido a las páginas de una revista,
aspecto que puede personalizarse.
En tercer lugar, Spartan
ofrecerá la posibilidad de guardar contenidos en una "lista de lectura"
que será común a todos los dispositivos del usuario y que podrá
accederse también cuando no haya conexión con Internet.
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